La nueva generación familiar dio un importante impulso a la empresa, consiguiendo adquirir y prolongar las concesiones de forma muy considerable: el servicio regular de viajeros entre Villena y Bañeres, circulando por Cañada, Campo de Mirra y Benejama, y el servicio entre Villena y Yecla, pasando por el Santuario de las Virtudes
La empresa amplió su radio de acción: operaba a nivel nacional e internacional y aumentó la flota a doce autobuses, que fundamentalmente se ocupaban de las concesiones, servicios discrecionales y el transporte escolar.